miércoles, 5 de agosto de 2009

Diario de una paranoia.

Sentada en el banco, con la radio encendida
miraba para afuera por un hueco entre la maquina registradora y la balanza,
pero me despistó el movimiento que hacian las hojas del arbol de enfrente,
me estaba espiando de entre una rama,
escondida con hojas que la rodeaban.
Creo que estamos solas,
aunque sólo escucho mi voz.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Siempre te digo que es cuestión de atreverse y cada vez que te atrevés sacás cosas grosas como estas.
Me super encantó y qué bueno que no borré el mensaje.
Mil quinientos besos preciosa.

derian dijo...

Yo opino

que la idea está buena, le faltaría un poquitín de cadencia y ritmo.

ej:

lee este segundo verso "miraba para afuera por un hueco entre la maquina / registradora y la balanza"

y leelo, convertido, así:

"miraba hacia afuera: un hueco entre la máquina / registradora y la balanza"

Yami dijo...

La cadencia y el ritmo son dignas de Matemos a la Esfinge, prometo cuanto antes, en nombre de todos los presentes, hacer el taller. Lo juro! jajaja