lunes, 5 de abril de 2010

"No hay relación sexual" dice Lacan, toda vez que suponga la impuganción de esa ilusión extendida, si se quiere desde el mito de Aristófanes hasta el porteño de la media naranja: impugnación de la ilusión de que los sexos son complementarios. QUE DE DOS PODRÍA HACERSE UNO, tal la PRETENSIÓN del mito puesta en cuestión por la sentencia lacaniana: "no hay relación sexual".
A partir de lo señalado, los seres hablantes se anudan, se enlazan (matrimonialmente, por ejemplo) entre los sexos, e incluso eso llegue a veces...¡hasta las cadenas!, pero entonces, tal nudo entre los sexos se estalece de modo borromeo.(Se llama nudo borromeo o nudo Borromi al constituido por tres aros enlazados de tal forma que, al separar uno cualquiera de los tres, se liberan los otros dos. Pero estrictamente hablando es un enlace).
Destacando el lazo borromeo no deja de ponerse de manifiesto la función necesaria que en tal anudamiento cumple EL TERCERO.
Y si la función del tercero deviene necesaria tratándose de un lazo borromeo, no deberia sorprender entonces el hallar por doquier a ese tercero sosteniendo las relaciones de pareja, no pocas veces, incluso, volviéndolas....¡soportables!
Se trate ya del amante, del hijo, del trabajo, de la suegra, de la ley, o lo que fuere, en cualquier caso, el borromeo, -donde el mínimo es el tres- es el encadenamiento obligatorio entre los sexos allí donde falta la complementariedad, allí donde no hay relación sexual.

viernes, 26 de marzo de 2010

jueves, 18 de marzo de 2010

sábado, 20 de febrero de 2010